José María Carbonell, Cambio Total.

Sale pus de las heridas que hasta dan asco. Lo que demuestra que en la feria de vanidades oligárquicas los mediocres ex-presidentes sienten que la historia los ha relegado a un cuarto plano, mejor dicho, al cuarto de San Alejo, que es en donde deben estar.

Dan asco, la verdad. Su putrefacción es total y la evidencian usando un lenguaje ”traquetizado”. Sus expresiones no se pueden repetir so pena de resultar contaminados. Y los dos buscan su ”verdadero sitio en la historia”. Un sitio que se ganaron por su falta de vergüenza y su falta de patriotismo. Sitial reservado a los sin orgullo de patria.

Los dos son las caras de una misma moneda. La moneda de la derecha. La del más profundo y despreciable conservadurismo. Uno mafioso de clase, el otro mafioso oligárquico. Pero los dos mafiosos al fin, se dan la mano y comen a manteles queriendo torpedear el proceso de Conversaciones de La Habana, que será proceso de Paz cuando se comiencen a implementar las políticas que atacarán las causas del conflicto interno.

Las ”vacas muertas”, con las patas hacia arriba y su vientre abultado a punto de romperse por los gases de la putrefacción, pretendieron cuando estaban vivas atravesarse a la historia. Una historia que ha señalado que el pueblo quiere la Paz y ellos han persistido en la guerra recetada desde los centros de poder imperiales.

Uno y otro pretendieron ganar la ”guerra” que ellos habían decretado y determinado contra el pueblo. Mas 12 años les demostraron de qué pasta está hecho el pueblo. Resistió y venció a la guerra oligárquico-imperial. Ni con Plan Colombia pudieron. Ni con asesores gringos. Ni con el más salvaje Terrorismo de Estado. Hoy el pueblo sigue en su lucha por la Paz. Nos vemos el 9 de Abril en Bogotá marchado por la Paz...

Ya van 17 militares retenidos por los indígenas del Cauca. Que demuestra que el ejército estatal es un ejército de invasión. Antier no más asesinaron otro indígena... y van cuántos? Por ello, las autoridades indígenas con sus bastones de mando y su minga los capturaron y se los entregaron a la Defensoría del Pueblo en espera de que sean juzgados por las leyes del estado burgués, aún a sabiendas que ésta no actúa.