Es evidente que en las nuevas circunstancias que vive la lucha del pueblo se hace necesario conformar desde la base una Nueva Izquierda, la cual debe nutrirse del acumulado histórico atesorado por los viejos partidos de "izquierda" y proyectarse hacia adelante a fin de alcanzar el objetivo final, la toma del poder para el pueblo.
Desde luego esa nueva izquierda no puede atesorarse con los viejos cuadros que arrastran la enorme jiba del sectarismo, la falta de compromiso con el trabajo de masas, que incluso muchos de ellos han asimilado los vicios oligárquicos de los partidos tradicionales, como son el manzanillismo y el nepostismo, además del clientelismo que algunos desarrollaron desde el Concejo de Bogotá. Esos cuadros deben pasar a buen retiro y dar un paso al lado si de veras quieren que la lucha popular siga por los senderos de la Nueva Izquierda y no convertirse en otras "vacas muertas".
Lo que sí hay que rescatar es ese acumulado histórico desarrollado por los miles de luchadores populares, quienes nunca empuñaron un arma e insistieron en la lucha legal y recibieron como "premio" por parte de la oligarquía derechista y fascistoide las ejecuciones extrajudiciales y las desapariciones adelantadas por las fuerzas militares-narcoparamilitares del estado. De entre esas figuras sacrificadas por la oligarquía en el poder sobresalen, como no, Jaime Pardo Leal, Manuel Cepeda Vargas y los casi 5.000 líderes cuyas vidas fueron segadas por las balas asesinas del estado.
Los nuevos líderes de la Nueva Izquierda ya van perfilandose y llama la atención la capacidad de ellos. En el recorrido de las nuevas organizaciones de la izquierda van marchando adelante los líderes de las organizaciones de masas que han adelantado gestas heroicas en los últimos años. Los viejos líderes de los viejos partidos de izquierda tendrían que "cambiar su chip" y decidirse por la lucha sin caer en las trampas que el sistema capitalista engloba para los que no comulgan con sus ideas, es decir, adecuarse a los nuevos tiempos con nuevas formas de trabajo político, haciendo énfasis en lo organizacionalmente nuevo.
Sabido es que desde el régimen burgués se desarrollará con todo su furor la persecución y la represión no sólo contra los líderes sino contra las propias masas, ya que el miedo a perder el poder los llevara a cometer más atrocidades contra el pueblo. El Terrorismo de Estado lo adelantarán con particular sevicia y el pueblo tiene que irse preparando para enfrentarlo y vencerlo.
Afortunadamente los sectores populares contamos con la experiencia de años de combate contra el Terrorismo de Estado y, naturalmente, con la experiencia de los propios líderes que vendrían de las fuerzas insurgentes, en caso de darse un Acuerdo entre las guerrillas FARC-EP, ELN y EPL y el gobierno colombiano. Ante el Terrorismo de Estado debemos adelantar las más masivas demostraciones de masas, verdadera y única forma de frenar sus excesos, amén de imponer el cumplimiento de los Acuerdos logrados y su implementación práctica, lo cual pasa por construir un Nuevo País con Nuevas Instituciones y una Nueva Legalidad y Nuevo Modelo Económico.
Definitivamente nada más acertado que la consigna de la Cumbre Agraria, "De la Cumbre al Paro Agrario, y del Paro Agrario a la Toma del Poder".
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