Allende La Paz,
Cambio Total.
La conflictiva
situación que viven desde siempre los colombianos demuestra que es producto del
incumplimiento del Estado a sus ciudadanos. Esa es la triste historia. Los
politiqueros burgueses llegan a las comunidades en busca de votos, prometen,
prometen, prometen y nunca cumplen sus promesas. Por eso dicen los pobladores
que « promete más que político en campaña ».
Evidentemente que
tal posición ha producido que el pueblo no crea en ellos y una de sus
consecuencias es la escasa participación en las elecciones. Colombia tiene uno
de los índices más altos de abstención electoral de la región. Si eso es a
nivel del pueblo raso, imagínense si las guerrillas les creerá los compromisos –cuando
llegan a ellos- a los funcionarios del estado.
La mayoría de las
veces vemos a los politiqueros –y posteriormente ya como funcionarios- lanzando
discursos vacuos, sin sentido, fuera de la realidad, y se dió un tiempo en que
incluso traían citas de los grandes de la literatura, citas que nada les decía
a la población, a los ciudadanos. Muchos se preguntaban y qué dijo ? Les
respondían : nada !
Así estamos
ahora. El señor De la Calle lanza frases vacuas. « Nunca más política y armas
juntas », dice. Claro, le decimos desde la orilla popular. Cuándo el
Estado va a desarmar sus narco-paramilitares ? Cuándo el Estado va a dotar
a las fuerzas militares de una doctrina que no vea a los colombianos de a pié,
pobres, como « enemigo interno » ? Cuándo van a dejar de
asesinar dirigentes populares ? Cuando dejarán de asesinar
manifestantes como los del Catatumbo, en donde han realizado más de 31 masacres
y asesinado 11.200 campesinos ? Cuándo van a dejar de violar los derechos humanos de los colombianos ?
Mas lo que le preocupa
a De la Calle es salvar la Constitución del 91, hecha con su jefe político,
Gaviria Trujillo, a costa de miles de campesinos muertos con el Ataque a Casa
Verde. Lo que le preocupa a De la Calle y al gobierno es que las FARC entreguen
las armas. Por qué y para qué ? Para incumplirles nuevamente a los
colombianos ? Para asesinar a los líderes de las FARC, a sus comandantes ?
Para asesinarlos como hicieron con Guadalupe Salcedo y Carlos Pizarro
León-Gómez ?
Qué significa la
cantaleta gubernamental de la « dejación de las armas » ? No será
que el imperio y la oligarquía necesitan no tener en su retaguardia un ejército
irregular para así lanzarse a la aventura guerrerista para apropiarse del
petróleo venezolano ? Colombia desde hace ya algunos años se convirtió en
importador de petróleo. Hoy produce petróleo a precios cada vez más caros. Y lo
que saca ni siquiera alcanza para cubrir la demanda nacional. Será ésta la
causa ?
Por ello nos
preguntamos : Cómo desaparece una guerrilla en un acuerdo con un gobierno
que ha demostrado que no cumple sus promesas ? Sencillamente por
desaparición de las causas que generaron el conflicto y por el cumplimiento de
los Acuerdos. Las guerrillas colombianas no les creen los cuentos del « gallo
capón » al gobierno y el Estado colombiano. Los colombianos no creen la
palabra gubernamental porque han sido traicionados miles de veces. Por ello,
cuando cumplan los Acuerdos logrados en la Mesa, desaparecerán las armas porque
ya no tienen razón de ser, porque ya viviremos en « otro país », un
Nuevo País.
Y cómo
construimos ese Nuevo País ? Si bien el actual marco legal es el punto de
partida, si la Constitución del 91 es la colcha de retazos que rige la vida
colombiana, la oportunidad que tenemos los colombianos ante nuestras narices es
adelantar una nueva Asamblea Constituyente que haga, cree, un marco jurídico
nuevo porque precisamente la Constitución del 91 no cobija los derechos de
todos los colombianos. Esa Constitución del 91 nació coja, sin su asidero
fundamental, la participación del pueblo de la ciudad y el campo, sin la
presencia de las FARC y las otras guerrillas.
Esa es la
oportunidad que tenemos ante nosotros. No la dilapidemos, no la desperdiciemos.
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